Cómo dejar bloqueado a un ingeniero

El viernes de la semana pasada tuve un pico de trabajo y apenas dormí. De hecho, a lo largo de tres días y tres noches, solo estuve en la cama unas doce horas en total. Tenía un "deadline" a las 23:59 UTC y llevaba todo el día viviendo en Tiempo Coordinado Universal... Mi cerebro estaba perdido en algún espacio de Hilbert y ya había agotado toda la glucosa disponible. Así que decidí bajar a probar la nueva máquina que habían instalado en el trabajo, al estilo "Camera Café".


Saqué algunas monedas, valoré las opciones y entonces casi entro en un bucle sin fin:



Pero tenía una necesidad apremiante y lo vi claro: Chocolate con leche. Salvado. Por esta vez.

Bubble Mob

Leo en Pixel y Dixel que este sábado (alias mañana si es que aún es hoy), hay una concentración de gente en el retiro, a las 18:00, en la zona del lago para...

... hacer pompas de jabón. Es tan absurdo que apetece. No sé si más hacerlo o presenciar el pintoresco espectáculo ¡Anímense, señores!

Motorola ROKR E1

Hoy os voy a hablar de este maravilloso teléfono, que comparte muchas de sus caraterísticas con otros modelos de la emblemática marca.

Se le denomina el teléfono iTunes porque, aparte de traer este software, posee un botón que lo convierte en un iPod, con la misma interfaz y conectividad. Además trae de serie 1 GB de memoria. Por si esto fuera poco, incluye cámara, bluetooth y Java. Si estais pensándolo en comprarlo, dejad que os cuente otras características que no vienen en el folleto:

- Capacidad para un máximo de 25 SMS en la bandeja de entrada. Sé lo que estáis pensando. "Eso es porque los estás guardando en la SIM, si tiene un giga de flash, guárdalo ahí. Estará en algún sitio de la configuración." Bueno, pues no. No está en ningún sitio de la maldita configuración y he repasado tranquilamente cada pantalla, se lo he dejado a todos los que me han mirado con suficiencia ante esta aseveración y nada. No tengo inconveniente en prestárselo a quien quiera enseñarme qué el si sabe, sólo decidlo y os lo paso.

- Incapacidad para recibir MMS. Antes tenía un maravilloso Nokia de gama baja, que rechazaba recibirlos, con lo que el operador me los mandaba por Internet y todos contentos. Este en cambio dice al operador "¿MMS? Claro, manda." Luego corta la transmisión porque (adivina) no hay memoria suficiente y el MMS se pierde para siempre, tras los reintentos de rigor. Es un móvil machote, que no puede pero dice que sí contra toda evidencia.

- Capacidad de la batería escasa: Usar el iTunes te deja sin móvil en un rato. Al final, pasas de usarlo. Mientras termina de descargarse agoniza con un sonido de goteo al mismo volumen que quieras poder oír las llamadas.

- Intuitivo: Pulsar "Menú" sobre un mensaje ya enviado te da varias opciones, entre ellas "Reenvíar" y "Volver a envíar". No, no hacen lo mismo. Nunca recuerdo cuál es cuál, claro.

- Los botones del tipo "Aceptar" y "Cancelar" aparecen en este orden o el inverso según el menú en el que te encuentres. Si eres de los que primero aprietan y luego ya no pueden ver, te encontrarás con que no, no has puesto la alarma, porque había que ir pulsando alternativamente botón izquierdo y derecho, en lugar de aceptar todo el rato con el mismo hasta la pantalla principal.

- Cuando llamas a alguien y luego cuelgas a veces te lo notifica como una llamada perdida.

- Ninguna información relativa a fecha u hora en los SMS enviados.

- Un máximo de 10 llamadas en la lista de "Últimas llamadas".

- El contacto entre el conector del cargador y el propio móvil es ocasional, por lo que el procedimiento consiste en "enchufar y menear" hasta que dice que carga.

- El botón de borrar en la edición de SMS, cuando se mantiene presionado, no tiene efecto de "autorepeat" como cualquier teclado. Su efecto es borrarte todo el SMS de golpe y sin preguntar. Mi record está en cuatro veces seguidas. (Me cuesta mucho asimilar lo que no es razonable...).

- El tiempo de respuesta a las pulsaciones es de un buen rato. Si tienes el iTunes en marcha, olvídate. Aprieta y tómate un café, que va a entrar en hiperpaginación.

Si estás pensado en comprártelo, te lo cambio. Está nuevecito y libre. A cambio sólo pido un Nokia 3100, que ya está descatalogado, pero es el mejor teléfono del mundo.

Solo

Estoy completamente solo en mi laboratorio. Todo el mundo parece tener algún plan interesante para esta tarde de viernes, alguien con quien salir a ver el sol, que por fin aparece, por cierto. Mi ordenador está masticando números, y yo cotilleo a ver si mis últimas ideas se materializan en algo útil.

Estoy completamente solo en mi bailoteo. He cerrado las puertas y he puesto la música a tope. Música que sólo yo soporto, música que activa mi sistema nervioso. Pero no hay nadie con quien aprovechar esa actividad. Nadie que me recrimine mi mal gusto.

Estaré completamente solo todo el finde. No tengo ningún plan. En realidad, mi plan es masticar más números para adelantar trabajo y mirar de vez en cuando por la ventana e imaginar lo que podría hacer fuera. Al menos no tengo que estudiar, como hace años por esta época.

Estoy completamente solo con mis ideas.

Estoy completamente solo en mi vida.

Y miro alrededor, cómo si algo estuviera a punto de suceder. Pero mi móvil está mudo. Mi ordenador mastica en silencio y la puerta sigue cerrada. Se agradece la tranquilidad, sí...

Sexo en Madrid

Es fin de semana en Madrid. El sol está camino de Nueva York dejando a la villa en penumbra.

Miles de botellas repletas de alcohol comienzan a verterse en el interior de los habitantes de esta ciudad. Con mayor o menor habilidad se lían canutos. Los más avezados se preparan para una noche muy larga habiéndose empolvado cuidadosamente la nariz.

¿Minifalda o escote? Hace calor y hay competencia. Hay que enseñar algo, lo que sea más bonito. A veces las dudas se disipan enseñándolo todo. Los chicos lo tienen más fácil, algo que marque, un peinado que defina completamente su personalidad y buena colonia.

Pasan las horas. Llega la medianoche, la hora bruja. Muchos llevan ya, con mayor o menor estilo, una buena tajada encima. Otros están aportándole las dosis que les faltan.

Comienzan a llenarse las discotecas y las elegantes salas de fiesta, también los antros. Niñatos, pijos, heavys, grunges, pasotas, porreros, colocados, malotes, gente "con estilo propio", adinerados, pobres, hombres, mujeres, solteros y casados acuden a la llamada de la naturaleza.

Toda una noche por delante, mil estilos, mucho alcohol y humo, poca luz, una expectativa compartida: follar. Unos lo dicen abiertamente, otras lo niegan. Los niños buscan niñas guapas. Unos las prefieren pijas, otros alternativas. Pero que estén buenas. Eso sí, sólo unos pocos se atreven a hacer algo para conseguirlas. Las niñas esperan ansiosas el efecto de sus modelitos. Por suerte para ellas y su frágil autoestima, este no se hace esperar. Muchas cabezas se giran al verlas pasar, algunos les gritan alguna ordinariez. La noche va bien, pero a ellas no les vale cualquiera. Quieren uno que esté bueno. Aunque se conformarán con uno que sea lo suficientemente gallito. Un atrevido bailarín que las invite a moverse, un líder de grupo, un tío duro. Un macho desde algún punto de vista desde lo más ancestral a lo más moderno.

La noche se desarrolla, se hacen aproximaciones, llueve alcohol, la gente comienza a perder el control. La música está muy alta, no se puede hablar. Los movimientos cada vez son más frenéticos, esas piernas y escotes los vuelven locos, esos ombligos son muy sensuales. Ellas miran a cuerpos cultivados en gimnasio, a chicos de ojos bonitos, tatuajes atrevidos. Las luces destellan y ciegan a ratos. Las capas externas del cerebro se apagan. La parte reptiliana se activa. El comportamiento de la masa cae por debajo de la vigilia.

Se llega al punto crítico. Ya nada importa. Somos animales.Una chica que acaba de romper con su novio termina comprobando qué pueden darle dos chicos que no le daba su ex. Otra ha estado disfrutando a escondidas pornografía sadomasoquista y encuentra el momento en que puede hacer realidad sus sueños, mientras, entre risas, pone los cuernos a su marido. Un chico muy atractivo se morrea ampulosamente con una niñita muy mona que lleva todo el curso enamorada de él. Sólo intenta hacer sufrir a su ex, que le ha dejado por el tipo bajito del porsche, algo mayor para ella. Más adelante y con el calentón la desvirgará en su 206. Ella no dirá que no a nada, ya es mayor aunque haya dicho a sus padres que iba a casa de una amiga. Él nunca la volverá a dirigir la palabra, aunque algo suyo perdurará en ella un tiempo, y es que a pelo gusta más. Alguien vomita en una esquina, sus mejores amigos se ríen de él y le instan a beber más. La gente sonríe y grita extasiada en derredor. Todo es alegría, todo es buen rollo.

La noche acaba. Sexo porque sí. Pasiones consumadas porque sí. Sumisión al líder de la manada.

El nuevo día comienza. Sentimientos cercenados. Arrepentimiento y culpa barridos bajo la alfombra. Resaca. Ellas son todas unas zorras. Ellos son todos unos cabrones.

Una gran noche de sábado, en la que los rayos de tormenta que han caído sobre Madrid no dejaban oír el alboroto de placer y dolor sin sentido.

Pronto volverá a ser viernes y todo empezará como si nunca hubiera pasado.

Esto es Madrid.

Pastilla roja, pastilla azul

Se diría que antes de nacer, se nos ofrecen ambas opciones en la vida. Nuestro alma, en el limbo, aguarda a entrar en el cuerpo que le ha sido asignado. Ya sabe de qué raza será, en qué parte del planeta nacerá, si su familia será pobre o rica. Pero antes de experimentar la sensación fría y húmeda propia de entrar en un cuerpo, debe tomar una sencilla decisión.

¿Pastilla roja o pastilla azul?

"Si tomas la pastilla roja, percibirás el mundo tal cual es. Verás lo cruel que puede realmente ser un humano, verás mentiras en palabras agradables y en gestos cariñosos, verás el rumbo errático de la humanidad y su indiferencia ante el dolor y la injusticia. Sabrás que nada tiene sentido y es tu labor dárselo. Estarás solo en un mundo que sólo sigue existiendo por la misericordia del azar. Percibirás cada sensación en profundidad, cada golpe dolerá y cada caricia producirá intenso placer."

"Esto es la vida real, con todos sus matices. Ahí está la gracia." - Un geek elige la pastilla roja. Ya tendrá tiempo de arrepentirse cada vez que recuerde la opción que tomó. Pero sabe que eso no le servirá de nada porque no habrá marcha atrás.

Pero hay otra opción más frecuente.

"Pastilla azul, por favor. No quiero vivir expuesto a la realidad. Necesito una religión que me diga de qué va el juego, que mi vida tenga un fin. También necesito una moral que me diga lo que está bien y lo que está mal, para saber qué medios puedo usar. ¿Y quién podría necesitar curiosidad o memoria? Yo no. Una percepción difusa, sin embargo, será útil. Gracias a ella, podré usar cualquier medio para no alcanzar ningún fin sin sentir un especial fracaso. Cuando dude, simplemente me dejaré llevar. Perderme la felicidad y los detalles es un precio insignificante."




"Ningún problema. Es tu juego, es tu decisión. De todas formas... ya sabes que en tu caso, tras nacer, no recordarás nada..."

Y lo que opinen los demás está de más...

Eso decía Mecano, uno de los grupos de mi infancia, en su disco "Descanso Dominical". La mayor parte de nosotros no somos lesbianas, pero aún así, sufrimos el influjo de la opinión de la gente que nos rodea.

A todos nos gusta agradar. A todos nos gusta recibir elogios. Y algunos tenemos la suerte de recibir principalmente comentarios positivos. Porque hacemos todo más o menos bien, unas veces. Porque nos temen, son cobardes, o tienen mucho que callar, otras.

Muchos halagos, pocas críticas. Y críticas con algún tipo de sentido, aún menos. Actuamos según nuestro propio criterio y salimos airosos. ¡Qué suerte!, ¿verdad? Tiene que ser agradable vivir en nosotros.

Pues no. Hacer las cosas bien por sistema produce un efecto tan malo en la gente como en uno mismo. Tú te malacostumbras. Ellos se malacostumbran. Esperan perfección y si en un momento dado no la reciben, se sienten ultrajados. ¿Y qué ocurre cuando alguien, de repente, no está satisfecho contigo? Puede ser una sola persona, puede que no sea alguien con mucho criterio. Puede que el resto te dé la razón y se la quite a ella. Dará igual, tu estándar está fijado en la satisfacción de todos. Durante un tiempo, y por sorprendente que parezca, cualquier desprecio explícito o implícito se convierte en una obsesión que te hace dudar y te lleva a cometer muchas tonterías...

La influencia de la opinión ajena en la mayoría de la gente es muy distinta. Están acostumbrados a decepcionar a los demás, a que se enfaden con ellos, y pasan de todo. A la mayoría sólo le importan dos cosas: Una, caer lo suficientemente bien como para sentirse aceptado por alguien (en apariencia). Por eso beben lo que beben, por eso visten como visten, por eso hacen todo lo que hacen. Y dos, no caer lo suficientemente mal a quien tenga poder para hacerles daño. Por eso callan lo que callan, por eso agachan la cabeza y critican por la espalda.

Al final todos pasamos por el aro. Unos adaptando toda su vida, otros llevándonos disgustos.

Su gran error, no tener personalidad. Nuestro gran error, querer agradar. En ambos casos... ¡qué difícil es sentir indiferencia ante la estupidez!